La diabetes gestacional es un padecimiento que se caracteriza por una intolerancia a los carbohidratos que se expresa con un aumento de la glucosa en sangre y que se diagnostica por primera vez durante el embarazo. La diabetes gestacional se asocia con un incremento de las complicaciones para la mamá y el feto, ya sea durante el embarazo o en la vida posnatal del recién nacido.
La prevalencia de la diabetes gestacional puede variar según la población y la etnia. Se estima que en algunos países europeos la incidencia es muy baja, aproximadamente de un 0.6%, sin embargo, en países del continente americano como Estados Unidos es de un 7% y en países como México y otros de América Latina la incidencia es mas elevada hasta de un 9 al 26%. Su aparición ha ido en aumento, de hecho, se considera que la diabetes es una de las enfermedades mas comunes del mundo actual, y esto es debido al aumento de la prevalencia de la obesidad, el sedentarismo y la alimentación inadecuada.
Se espera que para el año 2035, alrededor de 592 millones de personas a nivel mundial tendrán diabetes si mientras tanto no se modifican los factores de riesgo de obesidad y el sedentarismo. Se estima que, aproximadamente del 6 a 7% de los embarazos se complican por la diabetes, donde un 88-90% tienen diabetes gestacional y solo un 10 a 12% tienen diabetes pregestacional, es decir pacientes que ya eran diabéticas antes de embarazarse.
Complicaciones maternas, fetales y neonatales
Las pacientes embarazadas con diabetes tienen mayor riesgo de padecer trastornos hipertensivos, nacimientos por vía cesárea y morbilidades asociadas con la diabetes. Además, en 50% de las pacientes con diabetes gestacional hay un riesgo incrementado de llegar a padecer diabetes mellitus tipo 2 en los siguientes 10 años.
Las complicaciones perinatales se relacionan con el momento de inicio de la diabetes, con las concentraciones maternas de glucosa (es decir, si la diabetes se encuentra controlada o no) y puede haber desde macrosomía fetal (peso superior a los 4kg), disminución súbita de la glucosa del recién nacido, elevación de las bilirrubinas, incremento de nacimientos por cesárea o parto instrumentado y hasta la muerte fetal y neonatal.
Otras complicaciones a largo plazo que experimentan las pacientes son las enfermedades cardiovasculares y el síndrome metabólico. La prevalencia de este último es 3 veces más frecuente en pacientes con diabetes gestacional comparada con las pacientes embarazadas que no tienen diabetes.
Así como la diabetes gestacional genera cambios a largo plazo en la madre, los recién nacidos son más propensos a padecer enfermedades como la obesidad, diabetes mellitus tipo 2 y síndrome metabólico en la infancia, la adoescencia y en su vida adulta. Estas alteraciones, a largo plazo, dependen de la susceptibilidad genética debido a la programación fetal in útero y de la asociación con ciertas situaciones ambientales que existen después del nacimiento.
La “programación fetal” se refiere a que el recién nacido adquiere características de la madre después de estar expuesto a ciertas situaciones in útero. La elevación de glucosa en sangre materna genera elevación de glucosa en el feto en la vida intrauterina lo que, a su vez, da lugar a alteraciones del metabolismo fetal. La diabetes genera en el recién nacido un riesgo elevado, a largo plazo, de obesidad (2 veces mayor) y de síndrome metabólico (4 veces mayor) con respecto a los recién nacidos de madres sin diabetes gestacional.
Diagnóstico y tratamiento de la diabetes gestacional
Es muy importante tomar en cuenta que existen factores que aumentan el riesgo de desarrollar diabetes en el embarazo, por eso es de suma importancia realizar una adecuada historia clínica para conocer los antecedentes familiares y antecedentes personales como el haber tenido diabetes en un embarazo previo o un bebé con un peso de 4 kilos o más, y el tener sobrepeso u obesidad o enfermedades pre-existentes como el síndrome de ovario poliquístico.
Existen criterios establecidos para realizar el diagnóstico de diabetes gestacional, donde el principal es la glucosa elevada en sangre por arriba de los límites permitidos en el embarazo. Debido a que la población mexicana es una población de alto riesgo, a todas las pacientes embarazadas se debe realizar el tamizaje de diabetes en el embarazo desde la primera consulta y a pesar de encontrarse la glucosa normal en el primer trimestre, se debe realizar tamizaje de diabetes en el segundo trimestre a todas las pacientes entre la semana 24 y 28 de gestación, normalmente con una curva de tolerancia a la glucosa oral, sin embargo existen otros métodos de tamizaje que pueden utilizarse.
Al realizarse el diagnóstico de diabetes gestacional, se debe inicar con el tratamiento de manera inmediata, siendo el pilar de este tratamiento un programa de alimentación con una dieta específica calculada de acuerdo a los requerimientos de cada paciente, es por eso que el manejo de la diabetes debe ser multidisciplinario y debes contar con una asesoría por un nutriólogo o dietista que te oriente en tu plan de alimentación.
Ademas de la dieta, el ejercicio es fundamental en el tratamiento de la diabetes, se recomienda hacer ejercicio diariamente, por ejemplo caminar mínimo 30 minutos al día o 15 minutos después de cada alimento, sin embargo, se puede realizar cualquier tipo de ejercicio durante el embarazo como yoga, pilates, natación, correr, trotar, etc. Siempre y cuando no exista contraindicación por alguna otra situación médica.
Si después de 2 semanas de haber iniciado el manejo con dieta y ejercicio no se ha logrado controlar los niveles de glucosa en sangre, se debe iniciar tratamiento médico, el cual puede ser con medicamentos como la Metformina o la Insulina, los cuales son seguros de usar en el embarazo, tanto para la madre como para el feto.
¿Qué pasa después del parto en mamás con diabetes gestacional?
Cuando nazca tu bebé, se quedará contigo a menos que exista una situación para vigilarlo más de cerca. La lactancia materna es muy importante para los bebés de madres que tuvieron diabetes gestacional y no existe razón para no dar leche materna, es vital empezar a lactar a tu bebé en cuanto sea posible y cada 2-3 horas para evitar que tenga disminución de sus niveles de glucosa, además le deben de tomar examenes de glucosa en sangre de forma frecuente a tu bebé para asegurarse que no baje demasiado, en caso de que esto pase es posible que tengan que ingresarlo a una unidad de cuidados intermedios para mantener una vigilancia estrecha. Esto sucede en forma más frecuente en bebés que nacen prematuros.
Generalmente la diabetes gestacional mejora después del nacimiento, por lo que es probable que tu médico te indique dejar de usar los medicamentos que usabas para controlar la diabetes (en caso de haberlos usado) en cuanto nazca tu bebé y te deberán de realizar un estudio de glucosa antes del alta para asegurar que los niveles han regresado a la normalidad.
Es importante realizar una nueva curva de tolerancia a la glucosa oral de 6 a 8 semanas posteriores al nacimiento para determinar si los niveles de glucosa continúan normales o si se desarrolló una diabetes mellitus tipo 2.
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