La ecografía Doppler es una prueba no invasiva que calcula el flujo de la sangre en los vasos sanguíneos haciendo rebotar ondas sonoras de alta frecuencia en los glóbulos rojos que circulan dichos vasos.
Es una forma de evaluación por ultrasonido, que se utiliza para valorar el flujo de sangre en las arterias y venas más importantes tanto de la madre (arterias uterinas) como del bebé (arterias cerebral, umbilical y ductus venoso) y de esta forma comprobar el bienestar fetal.
Las mujeres que están embarazadas y presentan complicaciones como: hipertensión, diabetes, problemas en la placenta o el cordón umbilical, retraso en el crecimiento del feto, embarazo prolongado o malformaciones del bebé son candidatas a realizar este estudio. También esta indicada en caso que la madre tenga un tipo de sangre Rh negativo (isoinmunización) o también cuando la paciente tenga antecedentes de cesáreas previas (para descartar acretismo placentario).
Para realizar este examen no se requiere preparación especial ni ayuno por parte de la paciente. Se puede realizar desde el ultrasonido de primer trimestre 11-14 semanas y hasta el término del embarazo. El feto debe estar en reposo durante el examen y de preferencia sin movimientos respiratorios de la madre para que los resultados sean válidos, por lo que es posible que durante la realización del estudio se le pida a la paciente que suspenda la respiración por unos segundos. El examen dura en promedio de 20 a 30 minutos si las condiciones de visualización son adecuadas.
¿El ultrasonido Doppler tiene algún riesgo?
Es totalmente inocuo e indoloro tanto para la madre como para el bebé y ofrece datos muy importantes en un embarazo. Gracias a que el examen ecográfico emplea ondas de sonido y no existe radiación, no genera riesgos de malformaciones y/o complicaciones en el feto. Los trabajos de investigación han comprobado que la realización del Doppler no causa daño en ningún momento del embarazo.
¿Qué permite evaluar una ecografía Doppler?
Sin duda, la utilidad más común de este estudio es en los casos de problemas del crecimiento fetal. La mayoría de los fetos crecen bien en el útero. Sin embargo cuando esto no pasa se diagnostica restricción del crecimiento intrauterino. Esto puede pasar por causas maternas por ejemplo cuando la madre tiene un problema médico como diabetes, presión arterial alta, problemas de corazón o de riñón. Por problemas de la placenta que no se desarrolla adecuadamente. O por problemas propiamente del feto. Los fetos con un crecimiento deficiente tienen más probabilidades de sufrir complicaciones o hasta de fallecer dentro del útero. La ecografía Doppler detecta cambios en el patrón del flujo sanguíneo a través de la circulación del feto, y estos cambios pueden identificar a los fetos que tienen mas probabilidad de tener algún resultado adverso o desarrollar complicaciones.
La ecografía Doppler obstétrica también evalúa:
• La existencia o no de hipoxia fetal (falta de oxígeno), así como el grado de la misma.
• La existencia o no de anemia fetal (disminución de la hemoglobina) así como el grado de la misma.
• La presencia o ausencia de anomalías en los vasos sanguíneos fetales (aneurismas)
• La presencia o ausencia de anomalías en la implantación placentaria (acretismo).
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