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Pubalgia ¿qué es y cómo afecta a la mujer en el embarazo?

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La Pubalgia o dolor de los huesos y articulaciones del pubis se puede presentar durante el embarazo, normalmente en el tercer trimestre, cuando el peso del bebé va aumentando.


Esa molestia en la zona del pubis no representa ningún riesgo para el bebé que está por nacer, pero sí para la madre, quien es la que enfrenta situaciones que van desde ausentismo laboral, depresión y hasta problemas conyugales y con su entorno.


El cuadro es una molestia bastante común, ya que se estima que el 20% de las embarazadas pueden presentar un grado de dolor pélvico durante la gestación y de éstas, el 5% lo padecen en forma severa y hasta las inhabilita en su vivir diario.



Síntomas de la pubalgia

Las mujeres embarazadas afectadas se ven limitadas en sus actividades cotidianas, ya que sufren un dolor de intensidad variable en el área supra-púbica, parte de la espalda, cadera, ingle y aumenta al caminar, subir escaleras, girarse en la cama o al abordar un automóvil. Puede irradiarse a los muslos y empeora en la noche.



¿Cuáles son las causas de la pubalgia?

Los estudios estiman que las causas serían tres: secreción de hormonas inherentes del embarazo, adaptaciones posturales frente a las demandas físicas del embarazo y el efecto mecánico sobre los huesos de la pelvis, secundario al aumento de peso materno y el crecimiento del útero.


Presencia de nuevas hormonas. Respecto a hormonas durante el embarazo, la progesterona, provoca un aumento de laxitud en la musculatura del periné. Esto hace a las mujeres más propensas a padecerlo. La hormona relaxina hace que los ligamentos del cuerpo se relajen. Esto sucede para que cuando llegue el momento del parto, la pelvis de la madre está más adaptada y pueda facilitar el parto natural del bebé. Y, por lo tanto, la sínfisis púbica estará menos “tensa” y una sobrecarga, como el peso del bebé, requiere un gran esfuerzo.


El crecimiento del bebé. Al mismo tiempo que el bebé va creciendo, los órganos en el cuerpo de la mujer embarazada se tienen que ir adaptando y recolocándose. Y estos movimientos que se generan, junto con el peso en la zona pélvica, son una de las razones del dolor en la parte de la pelvis.


También se ha encontrado una predisposición genética y factores específicos como haber sufrido estas molestias en embarazo anteriores. Otros factores pueden ser un trauma pélvico anterior al embarazo, multiparidad o partos numerosos, índice de masa corporal elevado, trabajos o ejercicios extenuantes durante la gestación o presentar hipermovilidad de las articulaciones.


Las embarazadas que padecen de esto suelen recuperarse entre las seis y doce semanas después del parto, pero tienen alta probabilidad de padecerla en el próximo embarazo. Aún cuando no es posible prevenir estas molestias, se aconseja que el siguiente embarazo se inicie con un peso normal en caso de tener sobrepeso y realizar ejercicios puede ser también de ayuda.



¿Existe un tratamiento específico para aliviar el dolor?

No hay tratamiento médico específico.


El manejo de esta molesta situación va a depender si estás durante periodo de gestación, parto o puerperio. Durante el embarazo se recomienda cambiar hábitos diarios con especial énfasis en evitar o restringir las actividades que empeoran el dolor, como levantar a tus otros hijos.


El manejo del dolor es uno de los aspectos más importantes del tratamiento. Éste debe ser efectivo desde las primeras etapas para prevenir el círculo vicioso de dolor crónico y estado depresivo. Para este objetivo indicamos analgésicos o en casos severos otras terapias como la estimulación nerviosa transcutánea, que está contraindicada en el embarazo por lo que sólo se puede recurrir a ella en el puerperio. También son de utilidad en algunos casos, ejercicios abdominales y pélvicos. Cualquier analgésico y/o ejercicio debe ser indicado y autorizado por tu ginecólogo. Muchas veces el tratamiento debe ser en conjunto con traumatólogos y fisioterapeutas.



¿Cómo aliviar el dolor?

Aconsejamos llevar a cabo las siguientes recomendaciones:

· Tomar descansos más frecuentes ya que el reposo alivia sustancialmente el dolor.

· Evitar levantar pesos debido a que esta acción puede agravar el problema.

· Sentarse para vestirse.

· Subir las escalaras de una pierna a la vez y comenzar con la que duela menos.

· No sentarse con las piernas cruzadas (posición de medio loto).

· Dormir sobre un lado y con una almohada entre las piernas.

· Procurar tener un índice corporal adecuado antes de embarazarse nuevamente.


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