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Resonancia Magnética y Rayos “X” durante el embarazo. ¿Pueden dañar al bebé?

  • cuidarmaternofetal
  • 17 jun 2021
  • 4 Min. de lectura


La ansiedad originada por estudios radiodiagnósticos en las embarazadas es debida principalmente, a la falta de información sobre los posibles riesgos para el feto en desarrollo. Es labor del médico dar a conocer los bajos riesgos que implican estos procedimientos, informar la magnitud de las radiaciones que afectarán al embrión o feto y otorgar un ambiente de calma y confianza a la paciente.


La posibilidad de que los rayos X durante el embarazo causen daños al feto es mínima, ya que las exposiciones por procedimientos diagnósticos comunes no representan un aumento significativo del riesgo basal que tiene la población general (de un 3% a un 6%) para defectos congénitos. Sin embargo, se acepta que las dosis altas de rayos X suponen un riesgo para el buen desarrollo del embrión, siendo ese riesgo mayor a medida que aumenta la dosis y a menor edad gestacional.


De hecho, la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP) ha establecido que dosis absorbidas por el embrión/feto inferiores a 100 miliGy (mGy) no son suficientes para interrumpir un embarazo. La ICRP agrega que si se trata de radiografías de áreas lejanas al feto (tórax, cráneo o extremidades), estas se pueden realizar con seguridad en cualquier momento del embarazo si el equipo se encuentra bien protegido y se utiliza un mandil de plomo para proteger al feto del haz directo de los rayos X.


Es importante recalcar que si la exposición a radiaciones ionizantes no es totalmente necesaria, el riesgo se considera inaceptable por pequeño que sea. Su efecto es acumulativo a lo largo de la vida, por lo que siempre que sea posible se deberían considerar otros métodos diagnósticos (como la resonancia magnética y ultrasonidos).


La exposición a una gran cantidad de radiación entre 2 y 8 semanas después de la concepción podría aumentar el riesgo de restricción del crecimiento fetal o defectos de nacimiento. La exposición entre las semanas 8 y 16 podría aumentar el riesgo de una discapacidad de aprendizaje o intelectual. Sin embargo, la cantidad habitual de una sola exposición a la radiación asociada con los rayos X de diagnóstico es mucho menor que la exposición alta asociada a estas complicaciones.


La mayoría de los exámenes diagnósticos que exponen al feto a radiación ionizante le aportan dosis menores a 50 mSv (los miliSievert son las unidades que miden la dosis de radiación) que no han demostrado ser dañinas.


En algunos estudios de imagen se utilizan medios de contraste. Los medios de contraste cruzan la placenta y podrían producir efectos en la glándula tiroides en desarrollo del feto. El gadolinio es el medio de contraste más usado y también atraviesa la placenta. Dada la limitada experiencia con este agente, no se recomienda su uso a menos que el beneficio justifique los riesgos potenciales al feto.


Tanto la ultrasonografía como los estudios de resonancia magnética son seguros para el feto, por lo que debieran ser preferidos ante los estudios que lo exponen a elevadas dosis de radiación ionizante.



¿Qué son las imágenes por resonancia magnética (IRM)?


Las imágenes por resonancia magnética, conocida como IRM, es un procedimiento médico que los proveedores de salud utilizan para crear imágenes muy claras de las estructuras internas del cuerpo. La IRM no utiliza radiación ionizante como una radiografía o una tomografía computarizada, utiliza un campo magnético y energía de radiofrecuencia.


Una Resonancia Magnética puede ser recetada para una mujer embarazada o para un feto con sospecha de alguna malformación. La IRM puede visualizar al feto y otorgar información de la placenta, el cerebro del bebé, las vías respiratorias, los pulmones y el abdomen.


Un estudio que examinó a más de 1,700 mujeres embarazadas quienes fueron expuestas a la IRM durante el primer trimestre no encontró un aumento en la probabilidad de malformaciones congénitas.


La máquina de IRM produce sonidos acústicos fuertes y ha habido interés en saber si la IRM podría tener un efecto en la audición fetal. No se han documentado casos de daño auditivo en varios estudios pequeños en humanos que analizan la exposición a la IRM prenatal.


El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) y el Colegio Americano de Radiología han declarado que una mujer embarazada puede realizarse una Resonancia Magnética durante cualquier trimestre, si es necesario.


Sugerimos seguir las siguientes recomendaciones en caso de necesitar algún estudio de imagen radiodiagnóstico:


■ Antes de efectuar un estudio de radiodiagnóstico a una mujer en edad fértil, siempre preguntar por el riesgo de posible embarazo y de existir éste, realizar un test de embarazo rápido en orina.

■ No exponer a los fetos a radiación ionizante de manera no justificada. Sin embargo, cuando la necesidad diagnóstica y el tratamiento asociado lo requieran, el examen radiológico debe ser solicitado de modo usual.

■ Informar a toda paciente sometida a un examen que la expone a radiación ionizante que los niveles utilizados en la actualidad exponen al feto a un riesgo teórico realmente bajo de muerte, malformaciones, y/o desarrollo de cáncer en los años siguientes.

■ Siempre preferir el examen que, aportando buena sensibilidad diagnóstica, exponga al feto a la menor cantidad posible de radiación ionizante, como la Resonancia Magnética o el ultrasonido.

■ Utilizar protección abdominal para minimizar la dosis de radiación ionizante al feto.

■ Preferir centros de radiodiagnostico confiables para evitar la repetición de exámenes, que además del costo, obligarían exponer al feto al doble de radiación ionizante.

■ Evitar el uso de medios de contraste que atraviesan la placenta como el gadolinio y los medios de contraste yodados.

 
 
 

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